Es posible cambiar la forma de pensar de las organizaciones?
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¿Es posible cambiar la forma de pensar de las organizaciones?
Al momento de plantearse que las organizaciones son un “ser” único e irrepetible podemos pensar que la Organización es un cuerpo andante que define su forma de ser, su cultura, sus valores, como si se tratara de un ciudadano que se desenvuelve en un determinado pueblo, ciudad o estado. Pero como hemos podido ver a lo largo de este tiempo las organizaciones son personas que forman parte de ella, de manera interrelacionada para alcanzar objetivos, por ejemplo niveles de producción, personas que sus historias de vida, valores y objetivos personales influyen en el comportamiento de la organización y como analogía podríamos decir que si esa persona se ve atacada, con temor, mal de salud, reacciona desfavorablemente afectando en gran medida la estabilidad de la misma.
¿Cómo piensan las Organizaciones?
Partamos de la realidad de que las organizaciones no piensan, son las personas que forman parte de las mismas las que piensan, las que generan día a día diálogos complejos y muchas veces internos donde puede ser que esos pensamientos no se transmitan sinceramente para evitar conflictos muchas veces innecesarios, donde se reflexione o actúe visceralmente sin medir las consecuencia de los actos.
¿Qué piensan las Organizaciones?
Hay ciertos indicios, en este caso opiniones y vivencias personales, que me permiten asegurar que las organizaciones piensan teniendo en cuenta los niveles jerárquicos en el cual se encuentren las personas, es allí que se crean conflictos atacando los intereses de cada parte de la organización. Es en ese lugar que la carga emocional de los niveles más bajos de las escalas jerárquicas se ven afectadas de manera negativa, rescatando frases destructivas como: “nadie nos tiene en cuenta” “hay que trabajar no queda otra” “somos un número” mientras que de la otra campana suenan palabras tan destructivas como: “agradece que tenés un trabajo” “para eso se te paga” etc, entre otras frases celebres y pocos acertadas.
Las organizaciones se ven afectadas de sobre manera por esos pensamientos aterradores que solo meten desconfianza y miedo donde se afecta la sinceridad de las personas tras sus actos, donde la distorsión de la realidad puede alterar de manera tremenda, cual terremoto, las paz de las organizaciones.
¿Todos somos números?
En cierta medida las viejas creencias de las personas de niveles jerárquicos bajos han dejado marcas que son transmitidas a sus pares de manera negativa y si además le sumamos el discurso de los jefes y gerentes seguimos alimentando esas creencias y si sumamos la asignación de un número de legajo que te identifica mucho más que tu nombre u apellido indirectamente se le da la razón a ese viejo pensamiento.
Será momento entonces de cambiar ese viejo paradigma y cortar de raíz esa vieja creencia para fomentar el desarrollo de programas motivadores que reconozca a las personas como tales.